Mediante medición, eficiencia, compensación y el apoyo a proyectos de recarga acuífera, FIFCO ha neutralizado su huella hídrica e incluso reponer más agua de la que consume
Los riesgos ligados al agua están presentes para todas las actividades económicas que depende de este preciado recurso, y es indispensable que el sector productivo tome un rol de liderazgo en la conservación de este recurso. FIFCO ha implementado con éxito una serie de medidas que muestran cómo una organización puede recargar al ciclo hidrológico más agua de la que extrae en sus operaciones industriales y comparte sus resultados para aumentar el impacto local y global de estas acciones.
Por ejemplo, para el caso de la operación de bebidas de FIFCO en Costa Rica, ha alcanzado un balance positivo mediante prácticas de uso racional, reducción del consumo y compensación que superan en un 20% adicional al consumo de agua total de la organización.
Involucramiento de actores sociales en la conservación del agua
Como parte de su labor social y ambiental Fifco también trabaja de cerca con diversos actores sociales como sus proveedores, sus clientes, comunidades locales, sus colaboradores otros usuarios industriales del agua e instituciones del estado a través de acciones variadas como compras sostenibles, la sensibilización ambiental, voluntariados y alianzas estratégicas para la conservación del agua.
Cada uno de estos pasos requiere tomar acciones específicas que están orientadas a cumplir metas que la empresa establece y valida mediante una verificación externa que le permite rendir cuentas a sus públicos de interés. Este proceso de verificación de la huella hídrica se realiza anualmente desde el 2012 y fue en 2017 que se alcanzó por primera vez la condición de Agua Positiva que mantiene la empresa hasta hoy.
Así, de acuerdo con Miranda, en sus procesos de gestión ambiental “FIFCO mide y controla el total del agua que utiliza, una práctica que ha ido mejorando con el tiempo y que permite una constante optimización de su uso”.
Para el control y la reducción de consumo hídrico, FIFCO establece indicadores y metas por operación con base en proyecciones de comportamiento histórico y proyectos de reducción, de esta manera, aunque ha habido un aumento la producción, el indicador de control para la totalidad de las unidades de negocio de bebidas y alimentos en Centroamérica y Estados Unidos pasó de un 7,66 hectolitros de agua consumida por hectolitro producido en 2021 a un 7,04 en 2022. El indicador corporativo actual para el negocio de bebidas en Costa Rica es de 3,47 hectolitros consumidos/ hl producidos.
Esta optimización del uso del recurso hídrico se ha logra a partir de esfuerzos como el control de fugas e infiltraciones de forma inmediata, mejores de procesos, la reducción de consumo de agua en líneas de producción, el control operacional mediante buenas prácticas en el uso de agua y la restauración de condiciones básicas en equipos de alto consumo de agua, entre otras acciones.
La buena práctica de compensar
FIFCO compensa más que su consumo total de agua al aplicar medidas adecuadas y con visión de futuro, por ejemplo, la protección de cuencas hidrográficas a través del mecanismo de Pagos por Servicios Ambientales (PSA’s) del Fondo Nacional de Financiamiento Forestal (FONAFIFO), cuya recarga acuífera es verificada por la Fundación para el Desarrollo de la Cordillera Volcánica Central (Fundecor). La protección se aplica en la Cuenca Alta del Barva dentro Del Valle Central desde el año 2002 y en la actualidad cubre 650 ha para la recarga de agua de los acuíferos que suministran agua al Area Metropolitana. Más allá de esto, FIFCO participa, desde su fundación en el 2015, el primer fondo de agua en Costa Rica “Agua Tica”, mecanismo financiero en Alianza Publico Privada para asegurar el recurso hídrico en cantidad y en calidad en las subcuencas del río Grande y río Virilla.
Por su parte, Reserva Conchal continúa invirtiendo recursos en la protección del acuífero Nimboyores como área de influencia del proyecto inmobiliario, así como en la zona de recarga acuífera de los pozos de abastecimiento de agua de las comunidades costeras. Por medio de este mecanismo se protegen un total de 60 hectáreas.
