Identificar y reducir los impactos ambientales del negocio y los productos, restaurar los hábitats naturales, y desarrollar simbiosis socio ambientales son parte de las estrategias que una empresa puede emplear para contribuir con el bienestar del planeta
Cada 22 de abril se celebra el Día Mundial de la Tierra, una efeméride declarada por las Naciones Unidas, la cual, apela a la conciencia global sobre la importancia de proteger la naturaleza. En este contexto, aumenta paulatinamente el interés del sector productivo como ciudadano corporativo clave en la implementación de esfuerzos de amplia escala para alcanzar un mayor equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y medioambientales de las generaciones presentes y futuras.
Para Gerardo Miranda, Gerente de Seguridad, Salud y Ambiente de FIFCO, cada empresa debería evaluar el impacto ambiental y social de su negocio, productos o servicios para reducir y compensar la huella remanente, incluso ir hacia la generación de valor ambiental positivo, gestión que FIFCO ya efectúa año con año.
Nuestra empresa ha venido adoptando iniciativas y programas para garantizar la utilización sostenible de los recursos materiales y energéticos, la conservación y la protección de la biodiversidad en su modelo de negocio. “Los eventos climatológicos adversos por el aumento de los gases de efecto invernadero y las consecuencias que trae el cambio climático nos pone de cara a uno de los mayores retos que enfrentamos, en este sentido, estamos llamados a actuar frente a la pérdida de biodiversidad y el daño a los ecosistemas, no solo desde un punto de vista de la conservación por sí misma, sino comprendiendo nuestra dependencia de los bienes y servicios que la naturaleza provee y que son fundamentales para garantizar una economía saludable”, explicó Miranda.
Específicamente hablando de biodiversidad hay cuatro importantes lecciones para construir una estrategia de conservación que sea consecuente con los impactos de la operación de un negocio. A continuación, una explicación de cada una de ellas:
- Determine los mayores impactos sobre el ecosistema:
Miranda afirma que es importante entender las dinámicas ambientales y efectos que tiene una determinada actividad productiva sobre el ecosistema. En el caso de FIFCO, por ejemplo, se ha determinado que uno de los impactos relevantes de la empresa es el consumo de agua por lo que se han realizado esfuerzos destinados a proteger fuentes de recarga hídrica.
Entre las principales acciones se incluyen: el apoyo a proyectos específicos para conservar zonas de recarga acuífera mediante Certificados de Servicios Ambientales (CSA) de FONAFIFO en la Cuenca Alta del Barva y el acuifero de Nimboyores en Guanacaste. Por otra parte, la organización participa, desde el 2015, en el Fondo “Agua Tica”, el primer fondo de agua de Costa Rica que contribuye a la protección de las fuentes del recurso hídrico ubicadas en las subcuencas del río Grande y río Virilla. Todas estas acciones le han permitido a la empresa adquirir la denominación de “Agua Positiva”, luego de compensar al sistema hídrico un 20% más de agua que consume para su negocio.
- Proteger lo ya existente:
Miranda explica que es posible para las empresas aportar al bienestar de los ecosistemas por medio de la conservación de recursos naturales ya existentes. En el caso de FIFCO, la protección de sus fuentes de agua en la Planta de Cerveza y de Refrescos ha tenido un impacto positivo sobre la biodiversidad de la zona de Belén y San Joaquín de Flores ya que la conservación de la cobertura natural hace la función de corredor biológico que fomenta el bienestar de la biodiversidad.
Aparte de esto, Reserva Conchal, actividad de hospitalidad de FIFCO, destina el 4% del área de su propiedad al mantenimiento de un refugio de vida silvestre mixto, un espacio completamente protegido que sirve al desarrollo de procesos de regeneración natural. Actualmente, el Refugio Mixto de Vida Silvestre Playa Conchal mantiene la mejor puntuación en la evaluación de manejo entre las áreas protegidas del Área de Conservación Tempisque (ACT), del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC).
Por otra parte, las inversiones en Pago por Servicios Ambientales no solo ayudan a proteger zonas de recarga acuífera sino también favorecen otros servicios ecosistémicos como son la captura de carbono, biodiversidad y la belleza escénica.
Invertir en acciones ambientales complementarias
Las empresas también deben observar las oportunidades de apoyo a las comunidades donde operan y ampliar sus acciones para encontrar sinergias que pueden traer beneficios complementarios a otros esfuerzos que vienen realizando. Un ejemplo es el proyecto Reserva Conchal de FIFCO, que colinda con zona marítima terrestre, manglar y laguna del manglar. Debido a lo anterior, el proyecto inmobiliario desarrolla iniciativas complementarias para la protección de zonas tanto fuera como dentro de su propiedad a través de proyectos de concientización, reforestaciones, implementación de certificaciones ambientales y voluntariado. Anualmente se realizan inmersiones de biología marina por profesionales competentes y acreditados para comprobar que no exista afectación a la flora o fauna marina en el área de influencia del proyecto inmobiliario.
Otro ejemplo fue la colocación de ocho pasos de fauna y la mejora de otros ya existentes en 2022. Estos tienen como objetivo mantener el movimiento libre y seguro de los animales, facilitar su sobrevivencia en el ecosistema y ampliar sus posibilidades de reproducción y desarrollo.
- Aprovechar las simbiosis naturales y sociales
La conservación de la naturaleza debe verse como una oportunidad para mejorar la condición de los ecosistemas y también para abrir espacio al desarrollo sostenible con beneficio social. Un ejemplo de FIFCO es el Apiario del Refugio Reserva Conchal, este proyecto nació con el fin de favorecer el proceso de polinización realizado por las abejas y también obtener un producto de alta calidad que pudiera generar empleo a personas de comunidades vecinas. Actualmente este apiario alberga más de 5 millones de abejas, distribuidas en 60 colmenas que se encargan de polinizar aproximadamente 3.000 hectáreas de bosques. Adicionalmente, FIFCO también cuenta con un proyecto de abejas nativas en el Refugio Nacional de Vida Silvestre Mixto Conchal; este proyecto tiene por propósito educar a los visitantes del área protegida sobre la importancia de las abejas en la conservación de los bosques.
Como explica Miranda, independientemente de la escala del negocio, su complejidad operativa o su alcance, siempre es posible comprometerse con la mitigación de impactos ambientales, la conservación y el mejoramiento de los ecosistemas tomando en cuenta las oportunidades y áreas de impacto del negocio, estos cuatro consejos prácticos pueden servir a una empresa a definir un plan de acción de cara al próximo el Día Mundial de la Tierra.
Acerca de FIFCO
Es una empresa de bebidas y alimentos con 115 años de trayectoria, tiene operaciones en Costa Rica Guatemala, México, El Salvador y Estados Unidos, 7 plantas de producción y 15 centros de distribución. Posee 3 divisiones de negocio que incluyen “Distribuidora La Florida” (alimentos y bebidas), “Florida Hospitalidad” (sector inmobiliario) y “Florida Retail” (ventas al detalle). Exporta a 18 países en todo el mundo y cuenta con un portafolio de 1.500 productos.